Nunca la carga había sido tan pesada, nunca estuve tan cerca de rendirme y de tirar la toalla, nunca las voces fueron tan fuertes que callaban la mía propia, nunca me sentí tan desesperado, tan solo, tan callado y olvidado por mi mismo, nunca mi alma se había acongojado tanto ni mi ser se había sentido tan miserable, nunca el dolor había durado tanto, usualmente se calmaba al esconderme en mis sueños, al despertar solo quedaba una resaca de lo que lloré.
Nunca habia sacado tanto valor para enfrentarme a mi mismo para decirme a mi alma, no es tiempo de hundirte, no es tiempo de rendirse no es tiempo de morir en el olvido ni en tus penas, nunca habia sido necesario contarle a alguien que me estoy cayendo a pedazos y que necesito seguir sin rendirme. Nunca pero nunca me había sentido tan aislado.
Pero, ¿este es el fin o es solo es una etapa?
A veces solo soy una carga para los que amo
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